Consejos para alargar la vida de las herramientas a batería

Es innegable que las herramientas inalámbricas que funcionan con batería son muy cómodas de manejar, pero no es menos cierto que estas pueden presentar ciertos fallos relacionados con su fuente de energía y algunos de ellos pueden estar relacionados con un mal uso, por lo que vamos a hacer un repaso por las principales recomendaciones en materia de seguridad y buena praxis para alargar la vida útil de las herramientas a batería cuyo uso es posible gracias a la implementación de pilas o baterías de litio.

Recomendaciones para alargar la vida útil de las herramientas a batería

Aunque es cierto que todo producto electrónico está pensado para durar un tiempo determinado (en parte por el desgaste que origina el propio uso y por otra por culpa de la obsolescencia programada que afecta a la inmensa mayoría de dispositivos), hay una serie de pequeños gestos que tenemos que tener en cuenta si lo que queremos es prolongar la vida útil de los dispositivos que utilizamos en las labores de albañilería, carpintería y demás. Y es que no nos engañemos: las herramientas que funcionan con batería son a día de hoy imprescindibles para multitud de tareas manuales.

Si bien es cierto que hay un debate abierto acerca de la utilidad de dispositivos con una durabilidad limitada por culpa del desgaste de las baterías, no hay duda de que la eficiencia que presentan estas herramientas a batería las convierte en imprescindibles en muchas de las labores que requieren su uso.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que un dispositivo que funciona con una batería tiene que utilizarse de manera periódica. Estos aparatos se estropean más de no usarlos que de utilizarlos, por lo que hay que garantizar que de tanto en tanto se les da uso. Las baterías de ion-litio tienen la particularidad de que se oxidan con las recargas, pero el deterioro es mucho mayor si la batería no sufre variaciones en su nivel de carga o si queda expuesta a la intemperie. Por tanto, la regla número uno para evitar que las herramientas que funcionan a batería desfallezcan es que se usen con frecuencia y se recarguen cuando proceda.

Hablando de recargar: nunca tienes que cargar la batería si esta no se ha agotado por completo. Es una mala costumbre esa de poner a cargar un dispositivo cuando la batería todavía tiene carga, ya que el ion-litio parece tener memoria y puede interpretar que cuando alcanza el 10% la batería ya no es funcional. Hay que esperar a que la herramienta se apague del todo y que la batería se agote para iniciar la carga.

Esta recomendación es extrapolable a todo dispositivo electrónico que funcione con una de estas baterías. Además de los problemas que pueden presentar los dispositivos que se cargan demasiado (se pueden sobrecalentar e incluso sufrir quemaduras o explosiones a causa de una exposición intensa y demasiado prolongada a una fuente de energía), el exceso de carga de una batería acorta drásticamente su vida útil, haciendo que sean precisas recargas con más frecuencia y, a su vez, provocando un deterioro más acelerado a causa del desgaste al que se expone el litio con cada recarga. Un círculo vicioso que se puede aplazar haciendo un buen uso del cargador y de los dispositivos, pero que es irremediable que acabe ocurriendo con el paso del tiempo.

¿Afecta la suciedad a las baterías?

Aunque las baterías se encuentran ubicadas en una zona expresamente creada para ellas, es inevitable que con el tiempo la suciedad y el polvo causen estragos en su cubículo. Por eso, retirar la tapa y extraer la batería es recomendable hacerlo siempre que sea posible. Además, teniendo en cuenta las tareas para las que han sido diseñadas estas herramientas a batería, los niveles de polvo y suciedad a los que se exponen son tremendamente superiores a los de cualquier otro aparato electrónico, por lo que es imprescindible realizar esta operación con asiduidad.

Y es que la suciedad incrustada sí afecta a la salud de las baterías, y muy negativamente. No solo por una cuestión estética, ya que el rendimiento puede verse reducido hasta un tercio en comparación con un modelo recién estrenado.

Además, las conexiones de admisión y escape de los taladros también pueden sufrir de este problema, lo que daría al traste con cualquier proyecto a medio hacer si se llega a obstruir. Utilizar un cepillo para garantizar que las conexiones se mantienen libres de polvo y restos de suciedad es la mejor opción para que el rendimiento de estos dispositivos no se vea afectado.

¿Recargar de más la batería suple las carencias en su autonomía?

Uno puede pensar que, si la batería tiene un problema de carga, exponiéndola más tiempo a una toma de corriente el problema puede compensarse. En realidad, no solo no se compensa, sino que se agrava porque la sobreexposición a una toma de corriente provoca el sobrecalentamiento de la batería, acelera el desgaste de la misma, merma su capacidad una vez desconectada, reduce su potencia máxima cuando está en funcionamiento y se expone a nuevos problemas derivados como la aparición de quemaduras, aumentando a su vez el riesgo de explosión si la batería ha estado conectada a la corriente por periodos de tiempo prolongados.

Esto significa que no es buena idea tratar de compensar la reducción de la capacidad de la batería con sesiones de carga más prolongadas. De hecho, es peligroso y poco eficaz, ya que el problema no hará más que agravarse. Por ende, las baterías deben permanecer siempre conectadas el tiempo justo para recobrar su capacidad y deben ser vaciadas por completo antes de ser sometidas a una nueva recarga.

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