Cómo conseguir alisar de forma perfecta una pared


Cuando se alisa una superficie, se busca siempre el resultado más pulido y preciso. Aunque el uso de una lijadora puede no ser excesivamente complicado, para poder disfrutar de un resultado profesional es elemental no solo dominar esta herramienta, sino tener en cuenta las mezclas de materiales, los parámetros de la aspiración y varios aspectos más.

Vamos a hacer un pequeño repaso por los pasos fundamentales a seguir para alisar paredes de forma perfecta con la ayuda de los asesores de Festool, una de las marcas de referencia en la producción de herramientas profesionales de calidad superior.

El mezclado del material y su aplicación, el primer paso

Lo primero que hay que hacer a la hora de alisar una pared es crear la mezcla de materiales que vamos a utilizar para trabajar en la pared. Para lograrlo hay que utilizar un agitador que cuente con la suficiente potencia como para mezclar materiales líquidos con otros más densos.

Lo ideal es utilizar un modelo que cuente con varias velocidades y que permita adaptar el número de revoluciones, ya que así podremos ir personalizando el proceso de mezclado conforme lo vayamos realizando.

Durante el mezclado, es primordial utilizar una cesta agitadora que sea apropiada. Se utilizan normalmente masillas en polvo o listas para utilizar en cubos, y también se pueden encontrar emplastes con yeso y otros materiales sintéticos que pueden tener su aplicación en el alisado de paredes.

En cualquier caso, es primordial tener en cuenta que, cuanto mayor sea la proporción de yeso, más blando será el emplaste. Además, hay que tener en cuenta que el endurecimiento de los emplastes aglutinados con yeso tiene lugar a través del fraguado, mientras que los aglutinados con materiales sintéticos se endurecen con el secado, lo que requiere mucho más tiempo.

Cuando la mezcla esté preparada, toca aplicarlo sobre la superficie. Es importante comprobar la calidad del material en la escala que va del Q1 al Q4, ya que, dependiendo de cuál sea, será necesario realizar una o dos pasadas sobre la pared.

Ten en cuenta que, tras cada aplicación, es elemental ir controlando los tiempos de secado. Cada fabricante cuenta con unos plazos determinados, ya que cada compuesto trabaja en una ventana determinada de tiempo, por lo que tendrás que esperar mientras transcurre el lapso de tiempo estipulado hasta que haya secado por completo y la mezcla se haya asentado en su totalidad.

Control de la superficie y preparación del sistema de aspiración y lijado

Una vez la mezcla se haya puesto en la pared, es necesario controlar la superficie con una luz rasante. Esta herramienta es extremadamente útil para identificar cualquier tipo de irregularidad o inconsistencia en la superficie de manera rápida, lo que a su vez desemboca en un lijado mucho más preciso, rápido y eficaz.

Normalmente, lo que se hace es utilizar un trípode para darle más estabilidad a la luz que se proyecta, lo que permite avistar cualquier irregularidad en la pared más fácilmente.

Acto seguido, cuando tengamos la certeza de que no existe ninguna imperfección en la pared, habrá que preparar la lijadora de pared con el sistema móvil de aspiración. Es importante que en el sistema de aspiración se active la función de autolimpieza para que el filtro no se obstruya a causa de la acumulación de polvo. Así, la potencia no se verá mermada y la capacidad de aspiración permanecerá intacta.

Algunos modelos cuentan con un sistema de ajustado de potencia que permite personalizar la fuerza de succión, algo recomendable para trabajar con superficies grandes, que pueden hacer gala de unas necesidades distintas en según qué zonas.

Eligiendo el abrasivo más adecuado

Tal y como señalan desde Festool, una superficie perfecta no se obtiene fruto de la casualidad: intervienen múltiples factores y se necesita una preparación adecuada para obtener los mejores resultados.

La regla de oro que hay que tener en cuenta es que, cuanto más blanda sea la masilla, más fina tendrá que ser la granulación del abrasivo.

Sobre los tipos de aspiración también pueden surgir dudas, sobre todo si optar por una aspiración externa o interna. Dependerá, en todo caso, de los emplastes.

Por ejemplo, un emplaste que produzca una gran cantidad de polvo (como los que se obtienen por dispersión en un cubo), exigirá utilizar la aspiración externa debido precisamente a la enorme cantidad de polvo que produce. La aspiración interna funciona mejor con emplastes de saco, aunque siempre dependerá de cada caso y de cuál sea el estado de la pared.

Cuando los residuos se hayan retirado por completo, será necesario aplicar un lijado de igualado que permite dar a la pared un aspecto uniforme y pulido, sin imperfecciones ni residuos adheridos.

En los últimos compases del proceso, es importante volver a recurrir a la luz rasante para identificar cualquier imperfección que haya aparecido cuando la pared haya quedado pulida. De hecho, gracias a ella será posible identificar arañazos o pequeñas grietas o superposiciones de capas, que afearán la estética de la pared y deben ser corregidas.

En caso de identificar cualquier arañazo, se deberá volver a aplicar emplaste, lo que significa que se tendrá que repetir el lijado para que su acabado quede impoluto.

Ventajas de usar una lijadora para el alisado de paredes

Cualquier tarea de alisado de superficies debe realizarse con una herramienta profesional diseñada para tal fin, y en ese sentido las lijadoras cumplen con su función.

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Sus ventajas se dejan notar sobre todo en el alisado de paredes, precisamente por las características de estas herramientas y por las de la superficie a trabajar, ya que las paredes son de las más amplias y costosas.

Una lijadora de pared cuenta con varias intensidades diferentes, es compatible con una gran gama de accesorios y permite obtener buenos resultados. Es un tipo de herramienta especialmente ligera, cómoda y ergonómica, por lo que resulta fácil de controlar. Además, el modelo de lijadora de pared a batería ofrece una gran maniobrabilidad.

Además, con discos de 200 milímetros, el tiempo de trabajo se reduce drásticamente gracias a su capacidad de lijado y a la amplitud del disco, que abarca una mayor superficie, pudiendo evitar las segundas pasadas alisar las paredes de una sola vez.

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