¿Cómo saber qué tipo de broca usar?


En cualquier proyecto industrial que requiera de la ejecución de aperturas o pequeñas perforaciones es común preguntarte el tipo de broca ideal que habrá que utilizar para poder realizarlo sin problemas, sin que la broca sufra daño y sin que la superficie se vea comprometida.

Pero sobre los distintos tipos de broca que existen hay una serie de consideraciones que hay que tener en cuenta antes de elegir la adecuada, y por las cuales vamos a hacer un pequeño recorrido: así, podrás tener a mano toda la información necesaria para elegir la broca ideal.

Consideraciones previas a tener en cuenta para elegir el tipo de broca idóneo

Lo primero que hay que saber antes de lanzarse a comprar una broca es el tipo de material que se va a trabajar. No es lo mismo realizar un agujero sobre una superficie de madera que sobre una de acero.

Lo cierto es que para cada tipo de material hay una broca específica, específicamente diseñada para trabajar en esa superficie. Por tanto, la indicación es clara: hay que conocer antes el material para seleccionar el tipo de broca más adecuado.

Una vez conozcamos el material, es fundamental determinar cuál va a ser el diámetro de la perforación. Los más comunes se mueven en una horquilla de entre 4 y 10 milímetros, pero para proyectos industriales este balance puede moverse en un rango distinto debido a las características del propio proyecto.

Con esos datos básicos, el tipo de material y el tamaño de la perforación, ya se puede seleccionar el tipo de broca idóneo.

Tipos de broca más comunes

A grandes rasgos, podemos hablar de tres tipos generales de brocas: las que están diseñadas para madera, las de concreto y las de acero rápido, también llamadas HSS o para metal.

La broca para madera es la que resulta más fácil de identificar, sobre todo porque posee en su cabeza tres puntas extremadamente afiladas.

La punta del medio es la gran característica de este tipo de broca, ya que no se encuentra ni en las brocas de hormigón ni en las de concreto. Y es que esa punta central es la que se utiliza como guía para perforar cualquier superficie de madera y cualquier material derivado.

Por su parte, las brocas para concreto son utilizadas para realizar perforaciones en materiales extremadamente duros: ladrillos, bloques de hormigón, piedras… Su cabeza se caracteriza por tener un pequeño refuerzo que le confiere una singular forma similar a una pala, reforzada con materiales de extrema dureza que no hacen sino aumentar la resistencia y durabilidad de la broca. De este modo, la integridad de la superficie está garantizada, así como la de la propia broca.

En cuanto a las brocas HSS, se trata de un tipo de broca de acero rápido que permite ejecutar perforaciones de diámetros variables en cualquier superficie metálica, incluyendo aluminio, acero, latón o incluso hierro colado.

Se caracterizan por tener una punta afilada (al contrario que las brocas de concreto y las que son para madera), y disponer de dos canales helicoidales.

También hay otro tipo de broca que en ocasiones no se tiene en cuenta pero que es de extrema utilidad si se va a trabajar con vidrios o cerámicas. Se trata de las brocas de carburo de tungsteno, que carecen de hélice y que normalmente se emplean en proyectos industriales.

Recomendaciones de seguridad para el uso de brocas

Además de condicionar la elección de la broca al tipo de material y a un diámetro concreto, es esencial seguir una serie de pautas durante su manipulación, independiente de su tamaño o categoría.

Por ejemplo, a la hora de sustituir las brocas, hay que asegurarse de que siempre esté el taladro apagado y, a ser posible, desenchufado. Ten en cuenta que las brocas giran a una velocidad pensada para perforas materiales de extrema dureza, por lo que un contacto directo con una broca rotando sería fatal.

A la hora de trabajar, recuerda comprobar que no haya ninguna instalación eléctrica que pase por el lugar. De este modo, te aseguras de que la broca no entre en contacto con ningún elemento conectado a la red eléctrica por accidente.

Por otra parte, el uso de material de protección es obligatorio. No por las brocas, que no suelen presentar problemas de sujeción a la máquina, sino por la liberación de partículas en suspensión o pequeños fragmentos del material perforado que pueden ser lanzados a altas velocidades hacia los ojos o alguna otra parte del cuerpo del operario. Gafas de protección y guantes profesionales son dos herramientas clave para realizar perforaciones a nivel industrial con las máximas garantías.

Evitar ejercer presión con la broca hasta que esta presente una posición correcta y estable, totalmente perpendicular a la superficie que se va a perforar, es otro de los consejos más útiles para manipular una broca y un taladro con seguridad.

¿Qué diferencia hay entre una broca y una fresa?

Aunque los profesionales que se dedican a las perforaciones industriales están muy versados en el tema, un amateur es posible que confunda una broca con una fresa. Aunque realizan funciones similares, su concepto y utilización distan de ser parejos.

En primer lugar, son herramientas con aplicaciones profesionales que se utilizan para distintos fines. Los insertos de fresado se emplean para mecanizar planos, ranuras, escalones y cortar piezas de trabajo mediante el uso de una fresadora.

En cambio, las brocas se utilizan en proyectos de perforación de gran magnitud, como perforaciones petrolíferas. También se utilizan para la producción de agujeros de gran magnitud en grandes superficies.

Así, las fresas son herramientas rotativas que cuentan con uno o varios dientes para fresar. Cada uno de estos dientes corta la cantidad restante de la pieza de forma intermitente durante la ejecución de los trabajos, mientras que una broca es la herramienta principal que se utiliza para realizar directamente la perforación.

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